Existe malestar e impotencia ante la destrucción sistemática que se está realizando en uno de los íconos ecológicos, culturales y recreativos de nuestro pueblo de Luya, tal como viene a ser nuestro histórico Cerro San Juan. No se puede estar destruyendo de esta manera, un recurso nuestro, tan solo por el hecho de ser un depósito de material para realizar ciertas obras; eso no es un sustento válido; menos viable, aceptable y sostenible para depredar de esta manera nuestro querido Cerro San Juan.
Estos días, me acaban de enviar estas fotos desde Luya, yo pregunto, ¿esta máquina está arreglando una carretera o está destruyendo un cerro? No es que quiera ser molestoso o “pincha globos” con las nuevas autoridades, solo estoy defendiendo el derecho de miles de ciudadanos y la conservación de la ecología de nuestro Luya y Amazonas. Hace 6 años denuncié esta situación y se logró paralizar, pero la destrucción ya estaba hecha y no se hizo ninguna gestión para minimizar los daños, menos hubo responsables, todo sigue igual o peor. A la autoridad provincial, al alcalde distrital, al Director Regional de Energía y Minas, y a todas las autoridades regionales competentes. ¡YA PAREN ESTA DESTRUCCIÓN
IMPLICANCIAS NEGATIVAS:
1. En primer lugar, ya hay un impacto ambiental irreparable. Se está destruyendo un ecosistema con sus elementos bióticos y abióticos que existen en el lugar. Llámese aves, insectos, serpientes, flores, plantas silvestres, formaciones geológicas, etc.
2. El impacto visual es importante cuando se visita pueblos; imagínese que los visitantes y turistas observen tan abominable espectáculo de destrucción ecológica y paisajística. Es más, para los propios luyanos, y en su mayoría, no creo que estén de acuerdo con observar que su principal ícono natural, se destruya irreparablemente.
3. Hay un daño geológico porque se está causando erosión producida por la mano del hombre, que podría traer consecuencias funestas como el deslizamiento del cerro por lluvias afectando a las personas y familias que viven a los alrededores. El agua almacenada filtrará por las fracturas generando posteriores derrumbes y deslizamientos que podría afectar a las viviendas cercanas.
4. En el aspecto de salud, la constante excavación y traslado de material, genera levantamiento de polvo que afecta la salud de las personas más vulnerables que viven a los alrededores como los niños, madres gestantes y adultos mayores.
5. Se está destruyendo un espacio cultural importante de la población luyana. El aspecto religioso del Cerro San Juan, está posesionado en la mente e historia oral de nosotros los luyanos. Es el cerro del santo patrono principal, pero también donde habitan seres de mitología y cuentos. No se puede estar destruyendo de esta manera la cultura popular, histórica y cosmovisionaria de muchas generaciones.
6. Con el sustento de ahorro de costos o que existe material idóneo para realizar obras, no se puede destruir la naturaleza. De seguro que no existe ningún Estudio de Impacto Ambiental en la zona para excavar y destruir este espacio ecológico. Allí ya existe un problema de gestión.
7. Por último, existe un problema socio económico, porque afecta en todos sus sentidos el desarrollo social armonioso (salud, cultura, religión, etc) y a mediano y largo plazo, acarreará problemas económicos que afectará el presupuesto municipal y la atención oportuna de los ciudadanos.
Se hace prioritario REPARAR el daño ya causado, por tal motivo es necesario en la zona depredada, la REFORESTACIÓN inmediata, para aliviar de alguna manera tan irreparable destrucción; que tomara muchos años para regresar a su génesis natural. O en todo caso implementar proyectos que minimicen el daño ya causado, las autoridades regionales y locales tienen la palabra.